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Captain Álvaro

I love the exciting season ending because is where the true footballets appear, al auténtico profesional del que simplemente pasaba por ahí. En esa situación se encuentra la Segunda División del fútbol español.

El Real Valladolid afronta el último cuarto de liga en una situación privilegiada para conseguir su objetivo final: el ascenso. No obstante, nadie dijo que esto iba a ser fácil. Es ahora donde ha de verse a aquellos futbolistas que dan un paso adelante y que se ponen al servicio del equipo en situaciones estresantes de alta competición.


De los dos últimos partidos en casa, Sporting y Numancia, ganados con solvencia, extraigo varias conclusiones:

  • El equipo es capaz de hacer daño al rival sin la velocidad de Mojica. Hernán Pérez se ha mostrado como un medio derecho incisivo y con gol. Sabe entender los momentos del juego y abrirse a la banda o aparecer en ruptura cuando se dan las circunstancias. Otra arma que aporta nuevas opciones.

  • A pesar de la abultada derrota a domicilio contra el Betis (4-0), el Real Valladolid volvió a demostrar su gran inercia emotiva, en el siguiente partido en casa contra el Numancia, donde en 30 minutos excepcionales borró del campo a un rival que venía con una racha positiva.

  • El convencimiento de Rubi con Álvaro Rubio, por el cual claramente ha adaptado el sistema de juego para dar cabida a tres mediocentros. No confiaba tanto a principio de temporada como lo hace ahora. Fruto de esa idea, podemos ver en Zorrilla un trivote (Leao, Timor y Rubio) perfectamente sincronizado, con desdoblamientos, ayudas, coberturas, permutas, etc., que aportan mucha movilidad en ataque y equilibrio en defensa. Se trata de tres jugadores muy generosos y disciplinados.

Creo que no me equivoco mucho si afirmo que la clave del ascenso está en estos tres jugadores. Si son capaces de imponerse en cada partido, acercarán mucho al equipo a la victoria. Eso sí, es necesario que todos acompañen con su comportamiento futbolístico.

Me explico. No me gusta personalizar en un jugador el comportamiento que deseo para mi equipo, pero no encuentro mejor manera de hacerlo que usando la referencia de nuestro capitán, Álvaro Rubio. Su figura emerge por encima de todos, por muchos motivos, pero principalmente por su ejemplo inspirador: limpia, fija y da esplendor (defiende, organiza y aporta talento). Está para todos y está para servir al equipo. Un ejemplo de comportamiento en el campo, en todos los aspectos, que dignifica el escudo y el fútbol. No quiero destacar sus virtudes puramente futbolísticas, que las tiene y ya las he mencionado en otras ocasiones, sino su comportamiento como futbolista: su voluntad, profesionalidad y capacidad para estar centrado en lo que le corresponde. Para el que no lo conozca, es fácil describirlo sin más que decir que cuando es sustituido (como pasó tanto contra el Sporting como contra el Numancia), sale del campo rápido saludando a su sustituto, tras dejar su brazalete de capitán a un compañero, sin dar tiempo apenas a la afición a ponerse de pie para aplaudirle y ovacionar su nombre. Por no mencionar que es de los que siempre, al final del partido, y aunque haya sido sustituido, vuelve a centro el campo a saludar a la afición. Detalles de futbolista.



Álvaro Rubio, cual Capitán Alatriste, con el permiso de Arturo Pérez-Reverte, debe ser la inspiración y guía para el ascenso. Parece que Rubi también lo ha entendido así.


Ojalá, como aficionado del Pucela, al final de la liga pueda narrar usando como principio de la historia del ascenso las siguientes palabras: “No era el futbolista más técnico ni el más habilidoso, pero era un futbolista valiente. Se llamaba Álvaro Rubio Robres, y había competido como internacional español en el mundial sub-20 de Nigeria del año 1999”.

Daniel Juan Sánchez

Publicado en http://www.martiperarnau.com/articulos-de-futbol/el-capitan-alvaro/

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